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Les presentamos la 2ª parte de “El Sonido Cristalino de las Joyas” de Takuan Soho.

        Sigue adentrándose en la construcción del carácter del budoka, aspectos tan importantes como la orientación del pensamiento-deseo-voluntad que van a configurar la construcción de la vida personal de cada cual, al igual que la evolución dentro de la Vía.

        Otro aspecto a destacar es la relación existente entre la forma, la naturaleza, la encarnación, el poder y la función. Estos conceptos son trasportables a la Waza, al proceso educativo o a la existencia.

        Pero dejemos que Takuan nos inunde con su sapiencia.

Haz Clic para Ver el Sonido Cristalino de las Joyas, 1ª parte de Takuan Soho

El Sonido Cristalino de las Joyas, 2ª parte

        Una persona puede ser tan elocuente como un río que corre, pero si su mente no está iluminada y no ha vislumbrado su propia naturaleza, no será una persona de confianza. Debemos de tener la capacidad de discernir esto de una forma rápida a través del comportamiento de una persona en cuestión.

        Alguien expreso sus dudas diciendo:

        “Si hasta los actos de ver y oír son deseo, si hasta el surgimiento del más mínimo pensamiento es deseo, ¿cómo podremos alcanzar la rectitud de la mente? Si la concentración es un simple pensamiento, es como una roca o un árbol, siendo como una roca o un árbol, ¿no es probable que alguien no proceda con rectitud de la mente en beneficio de su señor, si dispone de una sólida fuerza de voluntad?, será difícil alcanzar este objetivo”.

        Yo dije:

        Esta duda tiene su razón de ser. Sin pensamientos en la mente, no se correrá hacia la izquierda, la derecha, hacia arriba o hacia abajo; simplemente se avanzará en línea recta. Apenas surja un mínimo pensamiento, una persona se moverá hacia la izquierda, derecha, arriba o abajo y finalmente llegará al lugar de su deseo. Por eso se llama deseo al pensamiento.

        La virtud imperturbablemente correcta, está oculta. Si el deseo no es puesto en acción, se vuelve improbable alcanzar el bien o el mal.

        Aunque pretendamos salvar a un hombre que va a caer en un abismo, si no tenemos manos, no conseguiremos hacerlo. Del mismo modo si un hombre pretende empujar a alguien a un abismo, si no tiene manos no conseguirá hacerlo.

        De esta manera, ya se trate de éxito o de fracaso, a partir del momento en el que existen las manos, se posibilita el éxito o el fracaso y la naturaleza de las cosas es abandonada.

        Se toma de prestado, la fuerza del deseo, tanto en el éxito como en el fracaso y cuando se considera la mente imperturbable como un péndulo de plomo y se actúa de conformidad, el éxito y el fracaso, continúan siendo cuestiones de fuerza.

        No obstante, cuando no hay un alejamiento de la línea del péndulo de plomo, no se habla en deseo, se habla de rectitud de la mente.

        La rectitud de la mente no es sino una virtud.

        Imagina el centro de la mente como un vehículo, en el cual se trasporta la fuerza de voluntad. Empújalo hacia el lugar donde pueda haber éxito y habrá éxito.

        Pero, ya haya éxito o fracaso si una persona confía en la rectitud de ese vehículo del centro de la mente, conseguirá la rectitud de la mente en ambos casos.

        Desligándose del deseo y siendo como una roca o como un árbol, nada será logrado. No abandonar el deseo, pero lograr la rectitud de la mente sin deseo, este es el Camino.

        Entre los dioses hay quienes son famosos y quienes son desconocidos. Sumiyoshi, Tamatsushima, Kitano e Hirano (Sumiyoshi, Tamatsushima, Kitano e Hirano. Dioses japoneses que están relacionados con determinados lugares concretos), son dioses famosos. Cuando hablamos simplemente de dioses, nos referimos a aquellos cuyos nombres desconocemos. Cuando hablamos de adorar y venerar a los dioses, no hacemos distinción entre los nombres de Sumiyoshi, Tamatsushima, Kitano e Hirano. Adoramos y reverenciamos a los dioses independientemente de quienes sean.

        Cuando el dios de Kitano es adorado, el dios Hirano es dejado de lado. Si el dios de Hirano es venerado, Kitano es puesto de lado. Limitándonos a adorar un dios en un local, los otros dioses no tienen allí ningún valor. Un dios en particular es reverenciado y los otros olvidados.

        Cuando hablamos de dioses, no los limitamos atribuyendo un dios para cada lugar, eso no sería establecer el camino de los dioses. El camino de los dioses es establecido cuando adoramos a los dioses, donde quiera que estemos y cualquiera que sea el dios que elijamos.

        Hablemos de esto en relación al camino del señor y el camino del servidor.

        La palabra “señor” se refiere al emperador y “servidor” se refiere a los servidores del emperador, señor y servidor no son palabras que se puedan emplear en personas de categoría inferior, pero las usaremos aquí en su sentido más amplio.

        Entre los señores, hay quienes son famosos y quienes son desconocidos y entre los servidores ocurre lo mismo. Al hablar de un señor famoso, un hombre dirá algo así como, “nuestro señor es Matsui Dewa” o “mi señor es Tamamoto Tajima”. Al hablar de señores desconocidos, simplemente se dice “el señor”, sin mencionar el nombre.

        Para un hombre que es un servidor, el camino del señor, debe de ser establecido, simplemente con que él piense “el señor”. Y para el señor, el camino del servidor, se establece si él simplemente piensa “el servidor”.

        Hace tiempo se decía: “un servidor sensato no debe servir a dos señores”, porque se pensaba que un servidor nunca podría o tendría dos señores. Nuestro mundo actual está en declive y los servidores se colocan hoy a la orden de un señor y mañana a la de otro, terminando por dar una imagen de vagabundos, mientras que proclaman sus propios méritos y no los del señor. Estos son los tiempos que vivimos.

        Un señor, al decir que no está satisfecho con un servidor, lo expulsa de su casa y lo pone en evidencia. Esto causa un desorden en el camino del señor y en el camino del servidor.

        Si un servidor desempeña funciones en distintos clanes, debe pensar en su señor como el único señor.

        Esto quiere decir que el señor, será un señor desconocido, ya que de esta forma el camino del señor será establecido. Aunque sirva a un clan y después a otro, debe pensar en este señor como el señor y después en el otro señor como el señor.

        Es la forma de que el señor sea único, aunque sean dos señores.

        Si un hombre piensa: “mi señor es Matsui Dewa, pero no pasa de un grosero…”, al mismo tiempo que recibe un dinero o un feudo y se destaca en la sociedad, su mente está teniendo en consideración a su señor. Cuando a continuación pase al servicio de Yamamoto Tajima, el mismo pensamiento le acompañará, de forma que a donde quiera que vaya, nunca entenderá el significado de la palabra señor y es improbable que pueda prosperar.

        Por consiguiente, es mejor no preguntar, quien será este o aquel señor, sino simplemente considerar al señor, manteniendo la rectitud de la mente, sin mencionar su nombre. Es esta forma, quien sirva a estos señores decide nunca presentarse delante de ellos, ni siquiera pisar su sombra mientras reciban su apoyo, podrá así servir en varios clanes y el señor será solo uno.

        El señor no debe interferir en el camino del servidor, aunque cambie continuamente de servidores. Debe de mantener amor y simpatía en el fondo de su corazón, no debe de hacer distinciones entre recién llegados y antiguos siervos y debe de actuar con caridad en la relación con todos ellos.

        No hay pues que hacer distinciones entre el nuevo servidor que hoy comienza sus funciones y los viejos servidores, empleados hace diez o veinte años. Todos los hombres deben de ser tratados con amor y comprensión y cada hombre debe de ser considerado como “mi servidor”.

        Incluso si la paga y el feudo son muy diferentes entre servidores, no debe de haber distinciones en una mente sincera y compasiva.

        Aunque el servidor haya empezado hoy sus funciones, el significado del pensamiento “el señor” no será el de “el señor de hoy”.

        De esta forma, ninguno de los servidores tendrá nombre, el señor no tendrá nombre y el Camino del señor y el Camino del servidor, serán establecidos. ¿No es este el Camino del señor y del servidor?

        Li Po (uno de los grades poetas de la literatura china, de la época de la dinastía T´ang) dijo:

        “El cielo y la tierra son el alojamiento de las diez mil cosas, el tiempo pasado y por venir de cien generaciones. Esta vida inestable es como un sueño. ¿Cuánto tiempo durará nuestra felicidad? Los antiguos encendían lámparas y se divertían por la noche y para ellos había una razón”.

        “Cosas”, no se refiere tan solo a las cosas que se sienten, también aquí se refiere al hombre como una cosa.

        Un espacio entre el cielo y la tierra, es un alojamiento para los viajes constantes tanto de los hombres como de las cosas. No hay inmovilidad ni para los hombres ni para las cosas. El tiempo que pasa es como el paso indefinido del viajante y el paso gradual de la primavera, verano, otoño e invierno, que no se ha alterado en cien generaciones.

        El cuerpo es como un sueño, cuando nos percatamos de eso y nos despertamos, ningún vestigio permanece.

        ¿Cuánto tiempo queda para mirar?

        Por ese motivo, los antiguos pasaban de la noche al día, encendiendo lámparas y divirtiéndose a lo largo de las horas de la oscuridad. En este punto, es posible caer en u error. Deben de existir reglas para la diversión, si existen estas reglas, la diversión no acarreará problemas.

        La persona que no tiene reglas se vuelve insana y si quien se divierte no cae en el error, no infringirá estas reglas. Las reglas son límites fijados a todas las cosas. Al igual que las cañas segmentadas del bambú, la diversión debe de tener sus límites, no hay que sobrepasarlos.

        La nobleza de la corte, tiene sus propias diversiones y la clase de los samuráis tiene las diversiones de los samuráis, al igual que la clase de los sacerdotes, tienen la diversión de los sacerdotes. Cada clase debe de tener su diversión adecuada y propia.

        Se puede decir que el envolverse en diversiones no adecuadas a la posición social, es un error que no respeta las propias reglas.

        Para la nobleza de la corte, está la poesía china y la japonesa; así como los instrumentos de viento y de cuerda. Con ello se puede pasar la noche entera y nada habrá de erróneo.

        Es pues razonable pensar, que la clase de los sacerdotes y de los samuráis, tengan sus propias y apropiadas diversiones.

        Si hablamos de una manera estricta, para los sacerdotes no debería de haber diversiones. Se dice que: “En público, ni una aguja puede entrar; pero en privado pasan hasta un caballo y una carroza…”.

        Esto significa que, comprendiendo la mente del hombre y reconociendo la degeneración del mundo, debemos probablemente admitir que también disfrutan de sus diversiones propias.

        Cuando se juntan en la soledad de la noche, hay que permitir que compongan poesía china y japonesa, incluso los versos en forma de desafío son apropiados. Por otro lado no será un inconveniente para ellos, el confortarse el corazón bajo la luna y los cerezos en flor, acompañados de jóvenes de catorce a quince años, compartiendo con ellos una jarra de delicioso sake. Entonces no será de mal gusto disponer de papel y tinta para escribir.

        No obstante, aunque esto no sea considerado correcto para un sacerdote que tenga espíritu religioso, mucho menos lo son otras diversiones menos sofisticadas. No sería una sorpresa que tanto los nobles como los samuráis, al comprender que este mundo no pasa de un sueño, encendiesen las lámparas y se divirtiesen por la noche.

        Hay quienes dicen: “Todo es un sueño, lo único que podemos hacer es divertirnos”.

        Estas personas están sobrepasando el límite, se ahogan en el placer y se entregan a los excesos de la lujuria. Aunque citen las palabras de los hombres de otro tiempo, están lejos de su espíritu, como lo está la nieve del hollín.

        Cuando Ippen Shonin (1238-1289, fundador de una variante del llamado –Budismo de tierra pura) se encontró con Otto Kokushi (1207-1298, monje Zen de la escuela Rinzai), el fundador del Kokokuji de la villa de Yura, en la provincia de Kii, dijo:

        “He compuesto un poema”.

        A lo que Kokushi dijo:

        “Vamos a oírlo”.

        Entonces Shonin recitó:

Ippen Shonin

        “Cuando canto,

        Buda y yo,

        dejan de existir.

        Solo existe la voz que dice:

        Namu Amida Butsu”.

        (Namu Amida Butsu, es una fórmula -mantra- que se repite en la meditación y que significa un homenaje al Buda Amitabha).

Otto Kokushi

        Kokushi dijo:

        “Hay algo que no está bien en las dos últimas líneas, ¿no lo crees?"

        Entonces Shonin se retiró a Kumano y meditó durante veinte días, pasados los cuales, volvió a Yura y dijo:

        “Cuando canto,

        Buda y yo,

        dejamos de existir.

        Namu Amida Butsu

        Namu Amida Butsu.

        Kokushi manifestó su aprobación con entusiasmo dijo:

        “¡Ahora sí lo has entendido!”.

        Esto ha sido escrito en las notas de Kogaku Osho (1465-1548, monje Zen de la escuela Rinzai) y entraremos a menudo a hacer referencia a este episodio.

        Hablaré sobre las diez cualidades esenciales, que son: forma, naturaleza, encarnación, poder, función, causa latente, causa exterior, efecto latente, efecto manifiesto y la inseparabilidad total de cada una de las cualidades, en relación a las otras.

        Los diez mundos son: el infierno, el hambre, la animalidad, la cólera, la humanidad, el cielo, el aprendizaje, la realización, Bodisatva y Buda.

        Las diez cualidades esenciales son correspondientes a los diez mundos.

        En general, desde los mundos de infierno, hambre, animalidad, cólera, humanidad y cielo a los mundos del aprendizaje, realización, Bodisatva y Buda, todos poseen las diez cualidades esenciales.

        La regla general es que algo que ha nacido, no puede carecer de forma, por lo que hablamos de la “cualidad esencial de la forma”.

        Aunque la forma pueda ser alterada de múltiples maneras, como forma que es, sigue siendo una forma. Cuando la forma cambia, hasta el sonido de su canción cambia: el cuco entona la canción del cuco, el ruiseñor la del ruiseñor.

        Cada uno de ellos, para expresar su forma, cambia de configuración, hasta el punto de cambiar la canción que entona. Es cierto que los cucos de las montañas y los ruiseñores de los valles entonan cada uno sus canciones, pero por ello no podemos pensar que el cambio de forma, cambia el sonido.

        La canción es algo que hace el contexto más refinado y el contexto de las palabras es algo que combinamos con la rectitud de la mente para así conocernos.

        Si algo tiene forma, tendrá también una naturaleza. Aunque la naturaleza de Buda sea siempre la misma, la forma sigue a aquello que la recibe, por eso cambia.

        Todos los seres con sensibilidad tienen la naturaleza de Buda e incluso en los mundos del infierno, hambre y animalidad, esto no cambia. Está explicado de esta manera hasta en los Sutras (escritos que constituyen el Canon budista. Son explicaciones de la doctrina de Buda).

        Si varios espejos son colocados alrededor de un pedestal con una única lámpara en el centro, la lámpara será vista en cada uno de los espejos. La lámpara es solo una, pero se refleja en cada uno de los espejos.

        Esto explica de qué modo la naturaleza de Buda es solo una, aunque sea recibida por otros seres con la sensibilidad de los diez mundos, hasta por los hambrientos y los animales. Este es el ejemplo del espejo y de la lámpara incluido en el “Sutra de la guirnalda de flores”.

        Encarnación, significa encarnación de la ley. En todas las diez mil cosas, hay encarnación y función. La forma nace de la encarnación, después habiendo completado el ciclo, perece. La encarnación es sí misma, nunca se agota.

        Podemos decir que la nieve y el hielo, son la función, mientras que el agua es la encarnación. Cuando el agua se solidifica, se hace hielo, pero después al fundirse, vuelve a ser el agua original, por lo que consideramos al agua como una encarnación.

        Esto es un ejemplo de la manifestación de la encarnación cuando las diez mil formas nacen de la encarnación de la ley y después mueren.

        El hombre común es incapaz de ver más allá de la forma, es incapaz de ver la encarnación.

        Cuando algo es producido, se dice que se ha manifestado. En la perspectiva de la iluminación, decimos que se ha manifestado, cuando regresa a la encarnación y ya no puede ser vista.

        La nieve en los picos,

        el hielo en las profundidades de la montaña

        se funden y se levantan,

        el sonido en la falda de las colinas:

        el agua primaveral

        Esto se refiere a la encarnación.

        Si algo presenta forma, naturaleza y encarnación, debe de tener igualmente poder. El poder es la fuerza que capacita para funcionar con eficacia, es la fuerza subyacente en el acontecer de todos los fenómenos. En relación a todas las cosas, aquello que tiene efecto, tiene poder.

Continuará...

Takuan Soho.

Aiki - Publis del mes de Octubre de 2013.

          El Sonido Cristalino de las Joyas, 1ª parte.

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