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En nuestro afán por mostrar la tradición de los textos clásicos del Budo, este mes presentamos otro artículo a cargo del gran espadachín y asesor del tercer shogun Yagyu Munenori (1571-1646): en este caso es su libro segundo, “La Espada que da la Vida”.

        Es un tratado que nos adentra en la compresión del trabajo mental dentro del campo de la educación marcial, -tan importante para la correcta evolución-, muchas veces descuidado por estudiantes y formadores.

        Aquí, encontraremos las claves para comenzar a comprender lo existente y lo no existente, o dicho de otra manera, lo que esta y lo que no esta.

        Como siempre esperamos ser útiles a nuestros lectores.

Yagyu Munenori (1571-1646)

Yagyu Munenori.

Percibir las habilidades y las intensiones

Yagyu Munenori. Libro 2º: La Espada que da la Vida 1º parte

        

Percibir las habilidades y las intensiones

        “Tal vez exista un centenar de fintas y posiciones de la espada, pero tú ganas sólo con una”. El fin último en esto es percibir las habilidades y las intensiones.

        Aún si se enseña y se aprende un centenar o un millar de modalidades de esgrima, incluyendo todo tipo de posiciones del cuerpo y de la espada, lo que se considera el centro de la cuestión es la percepción de las habilidades y las intensiones únicamente.

        Aún si tu oponente sabe un centenar de fintas y tú también las conoces, el punto decisivo radica exclusivamente en la percepción de las habilidades y las intensiones.

        Dado que esto se trasmite en secreto, no se pone por escrito, sino en palabras codificadas.

        

El ritmo de la existencia y la no-existencia

        y la existencia simultánea de lo existente y lo no existente

         Estas expresiones se refieren a la costumbre de usar los términos existencia y no-existencia en relación con las habilidades y las intensiones. Cuando estas últimas son evidentes, son existentes; cuando se disimulan son no existentes. Este esconder y revelar la “existencia y no-existencia” alude a las percepciones de las habilidades e intensiones. Están depositadas en la mano que empuña la espada.

El ritmo de la existencia y la no-existencia

        En el budismo existen análisis de la existencia y la no-existencia; aquí nosotros utilizamos estos términos de manera análoga. La gente común ve lo que existe, pero no lo que no existe.

        En la percepción de las habilidades y de las intensiones, vemos en forma simultánea lo existente y lo no existente. El hecho es que la existencia y la no-existencia, ambas, están allí. Cuando hay existencia, tú golpeas lo existente; cuando hay no-existencia, tú golpeas lo no existente. También tú golpeas lo no existente sin esperar que comience a existir, y golpeas lo existente sin esperar su no-existencia. Por lo tanto, se dice que ambas, existencia y no-existencia, están allí.

Información sobre Lao Tzu y Taoísmo

Lao Tzu

        En un comentario a la obra clásica de Lao Tzu existe algo llamado “siempre existente, siempre no existente”. La existencia está allí siempre, y la no-existencia también está presente igualmente. Cuando se la disimula, la existencia se vuelve no-existencia; cuando es revelada, la no-existencia deviene existencia.

        Por ejemplo, cuando un pato flota en la superficie del agua, está “presente”; cuando se zambulle bajo el agua, está “ausente”. De manera que, aun cuando pensamos que algo existe, una vez que ha sido ocultado, es no-existente. Y aun cuando pensamos que algo es no-existente, cuando ha sido revelado, existe. Por lo tanto la existencia y la no-existencia significan tan solo ocultamiento y manifestación de lo que esencialmente es lo mismo. De esta manera, existencia y no-existencia están siempre allí.

        En el budismo se habla de no-existencia fundamental. Cuando alguien muere, lo existente se oculta. Cuando un niño nace, lo no-existente se ve manifestado. La realidad es la misma.

        Hay existencia y no-existencia en la mano que empuña la espada. Esto se transmite en secreto; es lo que se llama percepción de habilidad e intención. Cuando has escondido tu mano, lo que tienes en ella está oculto. Cuando abres tu mano, lo que no está en ella es revelado.

        Aún de este modo, sin una transmisión personal, estas palabras son difíciles de comprender.

        Cuando hay existencia, tienes que verla y acertarle. Cuando hay no-existencia, deberías ver esta no-existencia y acertarle igualmente. Es por ello que decimos que tanto la existencia como la no-existencia existen por igual.

        Lo que se llama existencia es no-existente. Lo que se llama no-existente existe. Existencia y no-existencia no son dos cosas separadas.

        Si percibimos erróneamente la existencia y la no-existencia de las habilidades e intensiones, aunque usemos eficientemente cientos de técnicas, no alcanzaremos la victoria. Todas las artes marciales llegan a la consumación en este único paso.

La luna en el agua

        

La luna en el agua

        y su reflejo

        Existe cierta distancia entre tú y tu adversario, en la cual su espada no te alcanza. Tú empleas las artes marciales desde el exterior de dicho espacio.

        Acercarse al adversario penetrando en su espacio o deslizándose en él de denomina “la luna en el agua”, semejándose a la luna que envía su reflejo a una masa de agua.

        Uno debería comprometerse con el oponente solo habiendo establecido en su mente con anterioridad un campo teórico de “luna en el agua”, aun antes de enfrentarlo. La medida exacta de este espacio se transmite por tradición oral.

        

La espada en reposo

        (En este caso la referencia a la espada en reposo es a un estado potencial para actuar, bien con los recursos o posibilidades latentes en un individuo, un grupo o situación en que nos encontremos).

        La espada en reposo es un asunto de extrema importancia. Existe en uno mismo un modo de portar la espada como un arma tranquila; en lo que se refiere a uno mismo, el ideograma que se utiliza para espada (ken) en “espada en reposo” se escribe y se interpreta como “espada”. Aunque se mueva a la derecha o a la izquierda, en tanto que la espada no haya perdido su estado de potencialidad, es correcto el uso del ideograma para el término espada.

        Nuevamente, cuando se hace referencia a los adversarios del ideograma ken (espada) debería escribirse y entenderse como el término ken que se utiliza para “ver”. Dado que uno tiene que ver con claridad la posición de las espadas en reposo en el momento de lanzarse al ataque, el ver es esencial. De este modo, tiene sentido la utilización del ideograma ken para “ver”.

        

Explicación de los caracteres utilizados para “en reposo”

        Los ideogramas utilizados en la expresión “espada en reposo” significan literalmente “espíritu” y “maravilla”. El espíritu esta en el interior, la maravilla se manifiesta exteriormente; esto se llama un milagro inescrutable. Por ejemplo, gracias a que existe en el interior de un árbol el espíritu del árbol, sus flores se abren irradiando su perfume, se torna verde, florecen sus ramas y hojas; esto es lo que se llama la maravilla.

        Si tratas de encontrar el espíritu del árbol serruchando su madera, no verás nada; sin embargo, si no fuera por el espíritu, el follaje y las flores no brotarían. Lo mismo sucede con el espíritu del hombre; aunque abriendo el cuerpo no se encuentra nada que pueda ser llamado el espíritu, es en la virtud de la existencia de aquél en tu interior por lo que puedes realizar diversas acciones.

        Cuando puedes estabilizar el espíritu en situaciones en las que las espadas están en reposo, todo tipo de maravillas aparecen en las manos y en los pies, haciendo florecer las flores de la batalla.

        El espíritu es el amo de la mente. El espíritu mora en el interior, empleando la mente en el exterior. Más aún, esta mente emplea energía psíquica. Si esta mente se demora en un lugar cuando emplea la energía psíquica en actividades exteriores al servicio del espíritu, su función es deficiente. Por lo tanto es esencial asegurarse que la mente no se fije en punto alguno.

        Por ejemplo, si el dueño de la casa envía un siervo a cumplir una diligencia y el sirviente se demora donde fue enviado y no regresa, será echado de menos para cumplir otros servicios. De igual manera, si tu mente se detiene en las cosas y no regresa a su estado original, tu habilidad marcial decrecerá.

        Por esta razón, este tema de la no fijación de la mente en un punto se aplica en todas las cosas, no solamente en las artes marciales.

        Existe dos compresiones: la del espíritu y la de la mente.

        

Paso

        Tu paso no debería ser ni muy rápido ni muy lento; deberías de dar tus pasos de un modo tranquilo y natural.

        No es bueno ir demasiado lejos o demasiado cerca: toma el término medio; si avanzas demasiado rápido significa que estás asustado y agitado. Cuando vas demasiado lento significa que estás atemorizado e intimidado.

        El estado ideal es aquel en el cual no estás molesto en absoluto.

        En general las personas parpadean cuando algo pasa rozándolas muy cerca de los ojos. Esto es normal, y el hecho de parpadear no significa que uno esté molesto. De modo parecido, si alguien agita ante tus ojos algo para sorprenderte y tú no parpadeas para nada, eso significa que estás molesto.

        Evitar deliberadamente el parpadeo es índice de una mente más inquieta que el parpadear.

        La mente imperturbable o inmóvil es normal. Si algo te salta a los ojos, parpadeas. Este es el estado de no-reacción. El punto esencial es no perder el estado normal de la mente. Tratar de no moverse es ya haberse movido. Moverse es un principio de inmovilidad.

        Es conveniente dar los pasos de un modo normal, en una actitud normal de la mente. Esta es la etapa en que ni tu apariencia ni tu mente se alteran.

        

El primer principio

        La actitud mental en un encuentro es como al enfrentar una lanza. ¿Qué hacer si no tienes espada?

        “El primer principio” es una palabra del código de las artes marciales. En el contexto general del arte de la guerra significa ser independiente en todo sentido.

        Es importante lo que sucede cuando uno está muy presionado. “El primer principio” significa que te mantienes claro mentalmente, con gran atención y asegurándote de no caer en aprietos sin estar preparado.

        La atención concentrada que se ejercita en un duelo de espadas, cara a cara, cuando la estocada de tu oponente casi te alcanza o cuando te arrojan una lanza dentro del ámbito de seguridad, es llamada el “primer principio”.

        Esta atención concentrada se ejerce en situaciones tales como cuando uno se ve arrinconado contra la pared. Esta situación debe entenderse como la más crítica y difícil.

        Cuando no tienes espada, el ámbito de seguridad es casi imposible de mantener si fijas los ojos en un sitio, dejas que la mente se apague a las cosas y eres incapaz de mantener un estado de alerta sostenido.

        Atesora estas cosas en el espíritu es llamado el “primer principio”, algo que se mantiene secreto.

        

La distancia de treinta centímetros a ambos lados

        Cuando ambas espadas tiene el mismo tamaño, la atención deberá concentrarse del mismo modo que al no tener espada.

        Las armas están a treinta centímetros del cuerpo a cada lado. Con la distancia de treinta centímetros, puedes deslizarte y esquivar el golpe. Es peligroso disminuir esa distancia.

        

Esta es la suprema. La primera espada

        “Esta es la suprema” es un modo de referirse a lo que se ha consumado por completo. “La primera espada” no se refiere literalmente a un arma blanca; ésta es una expresión en código que indica anticipar los movimientos del oponente. La expresión “la primera espada crítica” significa que ver la intensión de los oponentes es la primera espada en el sentido más completo.

        Si llamamos primera espada a la percepción de los impulsos y las acciones apenas esbozadas por el adversario, comprendemos como segunda espada el arma que ataca de acuerdo a las acciones del mismo.

        Con este fundamento se trabaja de diversas maneras. Percibir habilidades e intensiones, la luna en el agua, la espada potencial, y la enfermedad hacen cuatro; agregando las acciones de las manos y los pies, son cinco. Esto se conoce como “cinco observaciones, un ver”.

        Percibir habilidades e intenciones se llama “un ver”. Los otros cuatro se mantienen en la mente, y por consiguiente se llama observaciones. La percepción por medio de los ojos, la percepción con la mente se llama observación. Esto significa contemplación en la mente.

        La razón por la cual no llamamos a esto cuatro observaciones y un ver sino cinco observaciones, es debido a que utilizamos cinco observaciones como un término global, de las cuales una (percibir habilidades e intenciones) es llamado “un ver”.

        Entonces tenemos cinco aspectos: percibir habilidades e intenciones; la luna en el agua; la espada en reposo; enfermedad; cuerpo, manos y pies. Cuatro de ellos se observan en la mente, en tanto que la percepción de habilidades e intenciones se ve con los ojos y es llamada “un ver”.

Yagyu Munenori.

Aiki - Publis del mes de Marzo de 2012.

  Libro 2: La Espada que da la Vida, 2 parte.

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Otro artículo publicado en nuestro boletín por Yagyu Munenori:

  Libro primero, -La Espada Mortal-.

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